Zidane se movía con la armonía de un solo ser con el balón. Con una maestría y sofisticación técnica, él orquestaba el juego con inspiración divina. Sus pases eran una obra de arte, como pinceladas magistrales https://sidneymnek795904.59bloggers.com/38955188/así-se-vivió-en-el-estadio-el-cabezazo-de-zidane